CRS

El concepto de Reserva Cognitiva surge con la necesidad de explicar las diferencias individuales que se observan cuando una persona se enfrenta a condiciones neurológicamente o cognitivamente adversas (demencias, epilepsias, daño cerebral, etc) o incluso cuando se enfrenta al propio envejecimiento a una situación de estrés.

En la explicación a esta variabilidad pueden encontrarse factores, genéticos, ambientales, comportamentales.

La Reserva que posee un individuo viene determinada por su reserva cerebral (genética, anatómica, etc) y su reserva cognitiva (ambiente, comportamiento, etc) , esto es, la cantidad y la calidad de los conocimientos, hobbies, el nivel educativo va a contribuir durante la vida a una mayor plasticidad cerebral y aumentará la capacidad para establecer nuevas o reforzar conexiones sinápticas.

Se han publicado diferentes trabajos en los que se muestra que los participantes con bajos niveles de reserva cognitiva necesitaron un mayor esfuerzo cerebral que aquellos que tenían un nivel más alto. Este esfuerzo extra se asocia con una peor eficiencia cognitiva ya que la persona en cuestión utiliza más energía y más conexiones cerebrales de las necesarias. De esta forma, los participantes con baja reserva presentan una mayor conectividad neuronal en las regiones cerebrales anterior (prefrontal) y posterior (temporal, parietal y occipital), en comparación con aquellos con una reserva alta.

Sin embargo, este concepto a todas luces, tan relevante, ¿cómo se mide? ¿Qué factores implica? ¿Cuánta reserva tengo yo? Hemos diseñado esta escala que nos permite valorar en diferentes estadios de la vida, la puntuación en reserva y aportar un valor y una propuesta de mejora en función de la puntuación.