Señor, dame salud a mi cuerpo y que coopere con una vida disciplinada ...
“Señor, dame salud para mi cuerpo y que coopere con una vida disciplinada para que sea digno de Tu ayuda. Señor, por honrarte y reportarte gracias y alabanzas, cuánto me enriqueces, nunca dejando que me falte lo que necesito, coronando con gran éxito todos los caminos no siempre fáciles. Cuando te alabo por tan grande bondad, que te agradezca, Señor, no sólo con palabras, sino sobre todo con una vida de santidad. Tú que castigas a los que amas, como el padre que castiga al hijo rebelde a quien estima mucho, te doy gracias por todos los momentos en que sufrí sintiendo que Tu mano descendía pesadamente sobre mí, pero siempre tan llena de misericordia. ¡Cuánto he aprendido y aprendo de Ti, Padre mío! Nada puede igualar Tu amor. Gracias Señor. Tus caminos están sembrados de muchas renuncias, pero sólo quien las recorre puede sentir sus incomparables delicias. El fin."